¿Como empezar?

Una vez ya hemos identificado posibles necesidades e intereses y nos hemos aprendido algunos pocos signos, conviene ser coherente, persistente y no demasiado abstracto.

– Coherente: haremos el signo de perro cuando veamos un perro y lo esté mirando. No haremos perro mientras nos bañamos ni haremos agua cuando esté superatenta mirando un perro.

– Persistente: hasta que no nos hacen el primer signo de vuelta (y lo conseguimos identificar) aumento las posibilidades de éxito si acompaño la palabra y el signo en el momento adecuado de forma repetida todas las veces que lo uso. Por ejemplo, signaríamos “agua” cuando me pide agua y le doy el agua y se bebe el agua y luego le explico que “te has bebido el agua”. En resumen, ser un poco pesados … Una vez identifique que los signos sirven para hacerse entender hará ser tan pesado. De hecho, veréis que no parará de fijarse en lo que hacéis con las manos cuando estéis explicando algo nuevo y ¡tendréis que aprender más!

– No demasiado abstracto: no empecéis por cosas abstractas como contento, ¡qué bueno! o esto es una rapsodia. Es posible que no lo entienda mucho …

En cuanto a la técnica, ser expresivos con la cara y la voz y hacer el signo un poco más alto de lo habitual, es decir, a la altura de donde se juntan vuestras miradas.