Preguntas frecuentes

No lo usé con el primer hijo. ¿Lo pruebo con el segundo?

Sí! Y que se implique en la tarea ¡ le encantará!

Mi hijo tiene el habla retrasada, ¿lo puedo usar?

Claro que sí. Será muy satisfactorio para los dos, porque os podréis comunicar. Y estarás ayudando a que su cerebro adquiera una lengua y puede ser una ayuda para la adquisición del habla.

Tengo un hijo con necesidades especiales ¿Lo puedo usar?

Depende del caso, pero en principio sí. En muchos casos facilita la comunicación e incentiva la adquisición de la lengua oral. Se tendría que evaluar en cada caso, pero se han documentado muchas experiencias positivas y es seguro que no le hará ningún daño. Entre estas experiencias que se conocen, hay casos de niños con síndrome de Down o con trastornos del espectro autista.  En otros países, las familias aprovechan los mismos recursos y actividades disponibles para otros niños, con lo que se facilita además su inclusión.

¿Hasta cuando se puede usar?

A medida que los niños crecen y aprenden a hablar ya no hay que signar más. Esto suele ocurrir alrededor de los dos o tres años, dependiendo de la niña.

Aún así, hay muchos padres que siguen usando los signos en situaciones como los siguientes ejemplos:

  • Cuando estás lejos, no oyen tu voz o no quieres gritar.
  • Cuando hay otra gente y no quieres que entiendan lo que les dices (suponiendo que no conozcan la lengua de signos que uses, claro).
  • Para jugar sin hacer ruido en una sala de espera o en un concierto, por ejemplo.

Además, si tienes o quieres tener más hijos, los hermanos mayores son magníficos maestros de signos de hermanos pequeños. Es una tarea que les gusta mucho y puede servir para construir un vínculo con los nuevos hermanos.

Así, puedes usarlo tanto tiempo como quieras. Además, quizá te animas a aprender un poco más de la lengua de signos de tu comunidad porque os sirve a nivel personal o laboral.

¿Y esto no retarda el habla?

Els estudis disponibles de nens signant comparats amb nens no signants ens diuen que no endarrereix la parla. Els petits parlaran quan hagin de parlar.

Algunos niños empizan a hablar justo cuando empiezan a signar y sustituyen los signos por palabras. Otros signan fluentemente y no empiezan a hablar hasta más tarde. Nada indica que signar perjudique el habla, si no al contrario, porque el lenguaje se incentiva y tienen ganas y más ganas de contarnos cosas.

El caso es que la comunicación ya está abierta  y, en el caso que, porque vuestro pequeño sea así, empiece a hablar más tarde, la frustración y las rabietas típicos de los niños que empiezan a hablar más tarde no serían tan evidentes porque seríais capaces de entenderos.

Para una explicación más entensa, puedes leer este post.

¿Por cuál empezar?

No existe el signo ideal porque adquirir un signo u otro dependerá de los intereses de cada bebé. Así que se debe estar atento a las necesidades que puedan estar expresando y sus intereses.

Si también estáis aprendiendo vosotros lengua de signos es mejor empezar por tres o cuatro, tanto para acordarse de hacerlos como para ser capces de reconocerlos cuando sea el momento. Diversos autores sugieren signos que acotumbran a tener éxito: agua, comer, más, flor, sombrero y perro son algunos ejemplos.

Pero, ¿no es muy difícil, esto?

No, no lo es. Mucha gente de todo el mundo lo hace. Y todos los niños, antes o después, hablan, cosa que quiere decir que les hemos enseñado a comunicarse con nosotros a través del lenguaje. ¡Somos maestros naturales!

¿Esto se hace en otros países?

Joseph Garcia es un intérprete de lengua de signos americana que vivia en Alaska rural cuando fue padre. Empezó a signar con sus hijos oyentes y eso le llevó a impulsar el uso de lengua de signos con bebés en Estados Unidos. Otros muchos países también usan esta herramienta de forma habitual: Reino Unido, Alemania, Francia… Los padres se apuntan a cursos cerca de su casa como quien se apuntaría a natación y muchas guarderías lo usan.

Y, claro, todos los sordos signantes del mundo saben que sus hijos empiezan a signar antes del año.

Efectos positivos

La principal aportación de signar con tu bebé es abrir la comunicación mientras el habla llega. Como que hemos hecho el esfuero mútuo de comprendernos, en el fondo nos conocemos más y estamos más conectados.

Hay algo de investigación, no demasiada y metodológicamente un poco débil, que sostiene que serán más listos y más atentos. Pero harían falta más estudios para afirmar esas cosas.
Creemos que la motivación para signar con tu bebé ha de ser querer comprenderlo más desde bien pequeño y querer pasarlo bien leyendo cuentos juntos, jugando y explicándose cosas.

¿Qué ha pasado para que hagan un primer signo con sentido?

El momento del primer signo es un momento sorprendente para todos, porque es la primera vez que usa una lengua para comunicarse. Han entendido que aquel signo tiene un significado y que haciédolo son capaces de hacerse entender. Por nuestra parte, hemos tenido que ser capaces de detectar un interés, introducir el signo correcto y detectarlo cuando lo han hecho. Porque a lo mejor se parece, ¡pero a lo mejor no!

Es un momento mágico: ¡empieza la posibilidad de la comunicación bilateral (de ti hacia él y de él hacia ti)!

Mi hijo tiene 19 meses y ya dice algunas palabras, ¿aún puedo empezar a signar?

Sí, ¡claro! Todos los meses que ganas de comunicación con tu bebé no te los quitará nadie. Además, con esa edad, aprenden muy rápido y a nosotros nos sirve para descifrar muchas palabras que no sabíamos que decían.  Y muchos niños, al sentirse más seguros y comprendidos, se lanzan a hablar antes.

 

¿Como empezar?

Una vez ya hemos identificado posibles necesidades e intereses y nos hemos aprendido algunos pocos signos, conviene ser coherente, persistente y no demasiado abstracto.

– Coherente: haremos el signo de perro cuando veamos un perro y lo esté mirando. No haremos perro mientras nos bañamos ni haremos agua cuando esté superatenta mirando un perro.

– Persistente: hasta que no nos hacen el primer signo de vuelta (y lo conseguimos identificar) aumento las posibilidades de éxito si acompaño la palabra y el signo en el momento adecuado de forma repetida todas las veces que lo uso. Por ejemplo, signaríamos “agua” cuando me pide agua y le doy el agua y se bebe el agua y luego le explico que “te has bebido el agua”. En resumen, ser un poco pesados … Una vez identifique que los signos sirven para hacerse entender hará ser tan pesado. De hecho, veréis que no parará de fijarse en lo que hacéis con las manos cuando estéis explicando algo nuevo y ¡tendréis que aprender más!

– No demasiado abstracto: no empecéis por cosas abstractas como contento, ¡qué bueno! o esto es una rapsodia. Es posible que no lo entienda mucho …

En cuanto a la técnica, ser expresivos con la cara y la voz y hacer el signo un poco más alto de lo habitual, es decir, a la altura de donde se juntan vuestras miradas.

 

¿Cuándo empezará a comunicarse con signos?

Su pequeño o pequeña está sobradamente preparado para signar cuando:

– Repite los signos de una canción cantada.

– Saluda haciendo hola o adiós.

– Manda besos.

Si es capaz de hacer estas cosas, ¿por qué no enseñarle a decir cosas útiles y prácticas?

 

¿Y si sólo estoy convencido/a yo y no mi pareja o soy madre/padre soltera/o?

Pues empieza y cuando el pequeño se lance a decir cositas con lengua de signos ¡todos los signoescépticos se convertirán y estarán locos por saber qué dice tu pequeño!

Trabajo fuera de casa y paso poco tiempo con mi bebé, ¿funcionará?

¡Sí! Y es una manera de poderlo conocer más y establecer un vínculo más estrecho. Hay que aprovechar los ratos largos como los fines de semana y las vacaciones para conseguir un primer signo pero una vez que ya signe será todo muy fácil.

 

¿Quién puede signar?

Todos los niños pueden signar. En casa con los padres y madres, con los cuidadores, si tiene, los abuelos, los tíos y amigos y en la guardería. ¡Y con otros niños!

Se ha inventado un signo, ¿lo aprovecho?

Como quieras. Sí, lo puedes aprovechar. También puedes mirar cómo se signa lo que está diciendo y aprenderlo. Es habitual en las familias sordas signantes tener una lengua “doméstica” por las cosas propias de su hogar o familia y amistades.

No hace el signo exactamente como se lo he enseñado, ¿qué hago?

Pues lo mismo que en la lengua hablada: ¿verdad que no cambiaría “llalleta” por galleta o “leloz” por reloj en su forma habitual de hablar? Con los signos debería seguir el mismo criterio. Los niños creen que hacen lo mismo que hacemos nosotros: si empezamos a cambiar les podemos confundir.

Posibles confusiones entre signos

Cuando nos centramos demasiado en lo que queremos que diga y no en lo que le interesa o nos quiere decir, podemos confundir signos. Por ejemplo,  estamos en la playa y vemos el sol ponerse y en ese momento hacemos sol. Pero no nos hemos fijado que el pequeño o pequeña tiene la mirada fija en la pelota de delante de sus ojos. Seguramente signará “sol” para referirse a una pelota. Estas confusiones son frecuentes en la adquisición del lenguaje, también el hablado, y simplemente hay que estar atento, nuevamente, al significado que le da a un signo cuando lo hace.

Buenos momentos para introducir signos

Hay tres momentos donde los signos pueden ser más fácilmente entendidos:

– Cuando surge una necesidad. La situación habitual sería aquella en la que pide algo y no para hasta que la adivinamos. “Ah ¿Quieres agua!” Este momento es ideal para signar agua.

– Cuando presenta un interés claro y nos mira como para expresarlo: una pelota, un perro, una bicicleta.

– Cuando estamos aburridos y nos viene a buscar para hacer algo juntos. Aquí podemos introducir un signo de algo que haremos a continuación, por ejemplo, leer un libro.